Supongo que todos conocéis el Bingo, ese juego que consiste en un bombo con un número determinado de bolas numeradas en su interior. Los jugadores juegan con cartones con números aleatorios escritos en ellos, dentro del rango correspondiente. Un locutor o cantor va sacando bolas del bombo, cantando los números en voz alta. Si un jugador tiene dicho número en su cartón lo tacha, y el juego continua así hasta que alguien consigue marcar todos los números de su cartón. Parece ser que ya se jugaba al bingo durante el tiempo de la cultura romana, aunque hay mucha gente que lo relaciona a la antigua Italia en el siglo XVI. En 1770, este juego llamó la atención a los franceses, quienes lo denominaron Le Lotto, y se estableció con las reglas que se siguen aún en la actualidad. Fueron los primeros en jugar con las tarjetas de bingo, fichas y en cantar en voz alta los números. En esta época, sólo fue jugado por la gente de la alta aristocracia. Los premios no eran organizados de la manera actual